Una pequeña reflexión acerca de la palabra lesbianismo y el término:
Lesbiandad
Jugando con las palabras,
cambiamos las consignas
de la revolución francesa
LIBERTAD, IGUALDAD,
FRATERNIDAD por LIBERTAD,
IGUALDAD, LESBIANDAD.
Si la fraternidad se pretendía universal ¿por qué no la lesbiandad?. Desde los feminismos también se usa la palabra “sororidad” en vez de fraternidad para referirse a la hermandad entre mujeres (cis-mujeres, mujeres trans, travestis, identidades no binarias y más).
Jugamos a la universalidad con la lesbiandad, sabiendo que no lo es, no como la fraternidad que sí lo pretende, no como un concepto de todas las lesbianas hermanas unidas, sino como una idea cómplice de lo que podríamos llamar el “mundo lésbico”.
Lesbiandad es ciudadanía, es tener derechos, es ejercerlos. Lesbianismo ha de estar anotado en algún libro de psiquiatría, en alguna condena, en algún prontuario.
Por eso nos gusta lesbiandad, es alegre. Lo decimos para cambiar la tragedia lésbica en una banda sonora permanente: la lesbiandad.
Además…quienes dicen “homosexualismo” en vez de homosexualidad son los grupos fundamentalistas católicos y evangélicos. No decimos que quienes digan “lesbianismo” en vez de “lesbiandad” lo sean, pero nos gusta jugar con las palabras.
Si fuéramos las autoras de un diccionario diríamos exactamente así:
Lesbiandad: alude a la asunción y ejercicio de la orientación sexual lésbica con una opción política de reivindicación. Se opone a la palabra “lesbianismo” que se refiere sólo a la práctica lésbica. La expresión ha sido adoptada por Aireana, grupo por los derechos de las lesbianas (Asunción, Paraguay) adaptando las consignas de la revolución francesa, “libertad, igualdad, lesbiandad”, ironizando así sobre el universal masculino.
Bienvenidas a la lesbiandad (aunque entren por la puerta del lesbianismo).