nosotras no
olvidamos
Hasta Aireana, grupo por los derechos de las lesbianas, llegan constantemente denuncias de violencias que vivimos las lesbianas. Violencias que toman múltiples formas, que se ejercen en distintos territorios y que comparten una intención común: borrar nuestras vidas, nuestros cuerpos, nuestras voces.
Una de esas voces fue la de nuestra compañera Deisy Aguilera, integrante de la Tatucada de Aireana. El 7 de febrero de 2014, Deisy fue encontrada muerta en su departamento. La fiscalía caratuló el caso como “a determinar”, porque no era evidente que se tratara de un suicidio. Pero el tiempo pasó y el silencio se impuso. Nada más se supo.
En 2015, desde Aireana solicitamos un pedido de informe a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que a su vez exigió respuestas a la Fiscalía. La única respuesta oficial que obtuvimos: Deisy murió intoxicada. Nada más.
Pero nosotras sí tenemos una certeza: suicidio o no, a Deisy la mató la discriminación. La mató una sociedad lesbofóbica que nos niega derechos, que nos empuja al silencio, que no investiga, que no garantiza justicia.
Hoy, la nombramos y la recordamos. Seguiremos hasta que todas vivamos en un país que reconozca nuestros derechos.
Uno de los casos que atendimos fue el de nuestra compañera de la Tatucada: el 7 de febrero Deisy Aguilera,
integrante de la batucada de la organización, fue encontrada muerta en su departamento.
La fiscala puso en su carátula “a determinar” porque no era obvio que fuera un suicidio. Pasaron los meses y no se supo nada más.
Aireana solicitó un pedido de informe a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la CIDH exigió la información a la fiscalía sobre el caso. Pasaron los meses y solo se sabe que murió intoxicada.
La única certeza es que, suicido o no, la discriminación la mató.